Todos
los seres vivos necesitan materia y energía para llevar a cabo sus funciones
vitales. Toda la energía utilizada por los seres vivos proviene del Sol, como
energía luminosa, (algunos sistemas marinos excepcionales no obtienen energía del sol sino
de fuentes
hidrotermales),
está energía es consumida y ya no volverá a ser utilizada por los seres vivos,
por eso se dice que la energía que atraviesa un ecosistema es
unidireccional, es decir, fluye en una sola dirección. La materia
orgánica procedente de restos y cadáveres de seres vivos es transformada por
algunos microorganismos en materia inorgánica. Esta materia es consumida por los
seres autótrofos y heterótrofos. A su vez, cuando estos mueren, sus restos son
de nuevo transformados en materia inorgánica, es por ello, que la materia
constituye un ciclo cerrado en el ecosistema. Los bosques acumulan una gran cantidad de biomasa
vertical, y muchos son capaces de acumularla a un ritmo elevado, ya que son
altamente productivos.
¿Cómo se dan los
ciclos biogeoquímicos?
La
presencia de los productores, consumidores y descomponedores en los ecosistemas
hace posible que el flujo de la materia y energía sea cíclico: los distintos
elementos químicos que forman parte de los seres vivos vuelven al mundo
inorgánico y son reutilizados. El carbono, el oxígeno, el hidrógeno y el
nitrógeno constituyen el 99% de la materia viva. Los movimientos de las
sustancias inorgánicas que circulan por los distintos niveles tróficos y pasan
por el biotipo reciclándose continuamente constituyen lo que se denomina ciclos
biogeoquímicos.
![](http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/c/c5/Ciclo-del-agua.jpg/300px-Ciclo-del-agua.jpg)
Estas pirámides representan las variaciones de masa, número y
energía dentro de un ecosistema
![](http://bibliotecadeinvestigaciones.files.wordpress.com/2011/07/pirc3a1mide-ecologica.gif)
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