Relaciones intraespecificas
Son
aquellas que se establecen entre individuos de la misma especie condicionadas por
factores físico y químicos. Pueden ser diferenciados: de vida libre (movilizan
de un lugar a otro); sedentarios (permanecen en un mismo lugar, reciben
cooperación ecológica y compiten por el espacio); Planctónicos (de rápida
reproducción generando residuos metabólicos); Gregarios (pueden vivir formando
grupos)
Relaciones
familiares: se establecen relaciones de reproducción o de cuidado de la prole.
Existen varios tipos:
Parentales
monógamas: macho y hembra con sus críos.
Parentales
polígamas: macho con varias hembras con sus crías.
Matriarcales:
hembra con sus crías.
Relaciones
estatales (sociedades): la sociedad está integrada por un conjunto de
individuos que se comunican entre sí por medio de diversos estímulos y entre
los cuales existe una especialización de tareas y una jerarquía social.
Relaciones
coloniales: la población de individuos se asocia de manera extrema de forma que
llegan a formar una unidad, es decir un organismo común.
Relaciones interespecificas
En este
caso prima el interés por el alimento o espacio aunque a veces las especies
tengan que recurrir a compromisos manifestadas en asociación simbióticas,
estableciendo muchas veces a flujos de energía dentro de redes tróficas,
contribuyendo a la estructuración del ecosistema. Relaciones entre especies
iguales o diferentes pudiendo ser positivas (favorece a una de las especies) o
negativas (una de las especies se ve perjudicada).
Amensalismo:
un organismo se ve perjudicado en la relación y el otro no experimenta ninguna
alteración.
Parasitismo:
un organismo consigue la mayor parte del beneficio de la relación, siendo
considerada esta como depredación.
Competencia:
afecta a dos o más especies, viéndose afectadas negativamente.
Depredación:
interacción entre dos organismos siendo uno favorecido, mientras el otro pierde
la vida sirviendo de alimento a otro.
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